EN TODO HOMBRE ESTÁ IMPRESO EL MITO DE PIGMALEÓN…

Pigmalión, rey de Chipre, buscó durante muchísimo tiempo a una mujer con la cual casarse. Pero con una condición: debía ser la mujer perfecta. Frustrado en su búsqueda, decidió no casarse y dedicar su tiempo a crear esculturas preciosas para compensar la ausencia. Una de estas, Galatea, era tan bella que Pigmalión se enamoró de la estatua.

AL VERLO TAN ENAMORADO… LOS DIOSES SE APIADARON DE ÉL Y LE DIERON VIDA A LA ESTATUA….

Luciano Brandan Psicólogo UBA
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